martes, 15 de noviembre de 2016

LA SEXTA GRAN EXTINCIÓN.

Las extinciones masivas ocurren periódicamente en la Tierra. Con 4500 millones de años a sus espaldas, puede considerarse como una fase de purificación de la madre naturaleza o como una simple cuestión de probabilidad. El caso es que ocurren, y sabemos que ha habido cinco.Ahora estamos al borde la sexta. Y es culpa nuestra.
La tasa media a la que conocemos que diversas especies se están extinguiendo es al menos 100 veces más alta que la que los paleontólogos consideran como “normal”.
La cifra sale del trabajo de Elizabeth Kolbert  y que fue recogido en el libro "La Sexta Extinción".
El trabajo de Kolbert marcó un antes y un después en cómo la comunidad científica y política percibe el problema por irse precisamente al lado opuesto de los estudios anteriores: es extremadamente conservador. Dicho de otro modo, la estimación de esa tasa de extinción probablemente sea mucho más baja. La tasa de especies que han desaparecido en los últimos 100 años habría tardado, en otras condiciones, entre 1 y 10 milenios en desaparecer.
En cada una de las 5 extinciones anteriores, aproximadamente un 85% de las especies desaparecieron de la Tierra. Las que quedaron definieron a su vez como sería las formas de vida siguientes.
¿Por qué somos responsables?
Lo dramático es que la parte que atribuye que la culpa es de los humanos es incuestionable. Los principales cambios implicados son el cambio climático, la deforestación, la alteración del equilibrio en los océanos y la agricultura.
Algunos ejemplos famosos son el dodo o la paloma emigratoria, ambos animales extintos debido a la caza indiscriminada.
En la actualidad, 77430 especies se encuentran en peligro de extinción, 22784 de ellas seriamente amenazas, el principal motivo, según recoge la Internacional Union of Conservation of Nature (IUCN) con un 85% de los casos, se debe a cambios en el hábitat de la especie en cuestión.
¿Puede evitarse?
  1. Abordar las causas subyacentes de la pérdida de diversidad biológica mediante la incorporación de su consideración en todos los ámbitos gubernamentales y de la sociedad.
  2. Reducir las presiones directas sobre la diversidad biológica y promover la utilización sostenible.
  3. Mejorar la situación de la diversidad biológica salvaguardando los ecosistemas, las especies y la diversidad genética.
  4. Aumentar los beneficios de la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas para todos.
  5. Mejorar la aplicación a través de la planificación participativa, la gestión de los conocimientos y la creación de capacidad.

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