ORIGEN Y FORMACIÓN DE LAS ISLAS CANARIAS.
TEORÍAS:
Hoy se acepta de forma general que las Islas Canarias comenzaron a construirse a mediados de la Era Terciaria debido a la acumulación de emisiones volcánicas sobre la corteza oceánica del Atlántico, aunque no hay acuerdo unánime sobre su origen. Las teorías más aceptadas son:
Punto caliente (Morgan, 1971). Relaciona el origen de Canarias con una zona de gradiente anómalo en el interior de la corteza oceánica. Las Islas se irían formando en la vertical de este punto.
Teoría del punto caliente |
Fractura propagante (Anguita y Hernán, 1975). Coincidiendo con la compresión y distensión de la tectónica del Atlas, se produce una fractura en la corteza oceánica, que se propagaría desde el continente hacia el Atlántico, originando la generación de magma y la formación escalonada de las Islas.
Bloques levantados (Araña y Ortiz, 1991). Como consecuencia de la tectónica de la época alpina, la corteza oceánica se fracturó al sufrir una compresión en ese sector de especial debilidad. El resultado fue una malla de fracturas y el levantamiento de bloques fallados, lo que provocó la generación de magmas.
Teoría de bloques levantados |
Modelo unificador (Anguita y Hernán, 2000). Considera que el magma, originado en un punto caliente de carácter residual, sale al exterior como consecuencia de los movimientos de compresión y distensión que origina la tectónica. Durante la distensión se fractura la corteza, y por la compresión se elevan los bloques.
LA FORMACIÓN DE LAS ISLAS CANARIAS
El origen volcánico de las Islas Canarias determina, en gran medida, sus características geológicas, no sólo en composición de rocas y minerales, sino también en sus principales accidentes morfológicos (volcanes, malpaíses, etc.). Todo ello en estrecha relación con los efectos que la erosión ha ido imprimiendo en la tierra canaria durante millones de años. Por tanto, los procesos de formación de las Islas se limitan a dos fuerzas, por un lado la construcción volcánica, y por otro, el desmantelamiento erosivo.
Los barrancos y acantilados ponen al descubierto las coladas superpuestas atravesadas por miles de diques. Entre ellas se observa, a veces, los perfiles de un viejo volcán sepultado, los restos de una chimenea, por donde salieron las lavas, o los grandes depósitos de materiales aéreos que recorrieron varios kilómetros transportados por el viento. De esta forma, las rocas y minerales son de naturaleza volcánica. Faltando en las Islas otros tipos de materiales, característicos de las zonas continentales, formados, en su mayor parte, cuando las Islas aún no habían emergido del Atlántico, es decir, Era Arcaica, Primaria y Secundaria.
FASES DE FORMACIÓN:
Los distintos episodios que han dado lugar a la construcción de las Islas Canarias, han originado diversas series rocosas que pueden agruparse en: Complejo basal y Series Volcánicas. Ambas están separadas por procesos de erosión.
1º Fase: El Complejo Basal:
La formación de las Islas se inició con la etapa de construcción submarina hace unos 40 millones de años. Se trata del denominado Complejo basal, que constituye la base de las Islas, una mezcla de rocas plutónicas, diques, restos sedimentarios y lavas almohadilladas o pillolw-avas(lavas submarinas). Aunque es de suponer que existen en todas las Islas, sólo en tres de ellas la erosión ha sido lo bastante intensa como para mostrar estos materiales en superficie. De esta manera, las formaciones submarinas afloran en Fuerteventura (Betancuria), La Gomera (Las Rosas, Vallehermoso) y La Palma (fondo de la Caldera de Taburiente)
2º fase: Series Volcánicas Miocenas o Series Antiguas:
Después del Complejo basal hubo un largo periodo de inactividad volcánica de duración indeterminada, en la que predominaron procesos de erosión muy acentuados que suavizaron los relieves existentes. A este periodo se le denomina discordancia erosiva.
Posteriormente surgen las primeras emisiones de materiales de proyección aérea. Se estima que para las Islas orientales y centrales comenzó hace 20-15 millones de años, y para islas como La Palma o La Gomera hace 2 millones de años.
Comienza la construcción, sobre el edificio submarino, de lo que algunos autores han denominado como volcanes en escudo . En esta etapa se va a definir la forma de cada isla. En algunos casos, se abren grandes fisuras denominadas ejes estructurales, a lo largo de los cuales se van a alinear los escudos. En otras ocasiones, no existe ninguna pauta definida, y el contorno general es circular, como ocurre en Gran Canaria o La Gomera.
Esta primera fase de construcción se caracteriza por erupciones tranquilas y de escasa explosividad, con el predominio de rocas basálticas También se produjeron grandes derrumbes gravitacionales ocasionados por la inestabilidad de los edificios volcánicos, los cuales llegaron a alcanzar miles de metros de altura.
Se trata de la fase de formación de los escudos basálticos o grandes macizos antiguos de las Islas. La actividad volcánica de esta fase se concentró en Famara y Los Ajaches en Lanzarote; Jandía y Betancuria en Fuerteventura; mitad occidental y centro de Gran Canaria; Anaga, Teno y Adeje en Tenerife; las zonas del noreste de El Hierro y La Gomera; y la mitad norte de la isla de La Palma.
3º Fase: Series Volcánicas Pio-Pleistocenas o Series Recientes
Esta tercera fase de construcción viene precedida de un largo periodo de reposo, donde predominaron los procesos erosivos. Esto se tradujo en el desmantelamiento de parte del relieve que se ha había construido hasta entonces. En las islas más jóvenes como El Hierro, este proceso de desgaste no tuvo prácticamente repercusión en el aspecto insular. Sin embargo, en las más antiguas como Fuerteventura, el relieve ha sido arrasado debido a la acción erosiva durante mucho más tiempo.
Después de este periodo de inactividad surge la segunda fase subaérea que se dio en las Islas. Se caracteriza por la emisión de lavas basálticas, pero fundamentalmente, por una mayor diversificación de los materiales emitidos, apareciendo también los de naturaleza sálica de manera importante (traquitas y fonolitas), de carácter mucho más explosivo. Estas erupciones van a ser las responsables por ejemplo del edificio central de Tenerife, o del estratovolcán Roque Nublo en Gran Canaria.
Se crea así el terreno insular que conformará prácticamente el aspecto actual del Archipiélago, excepto por las formas que se van a generar por procesos erosivos (barrancos, acantilados, etc.) o por deslizamientos (algunos valles y calderas).
A excepción de islas como La Gomera, donde no existen erupciones recientes, esta actividad volcánica, en menor medida, se ha prolongado hasta la actualidad. El vulcanismo histórico, es decir, el documentado y registrado por el hombre, se ha dado exclusivamente en las islas de Lanzarote, Tenerife, La Palma y El Hierro, registrándose en ésta, la última erupción volcánica (en este caso bajo el mar) en octubre del 2011, al sur del pueblo costero de La Restinga.
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