ISLA DE LA PALMA:
SUPUESTO TSUNAMI
Hace ya años
que científicos estadounidenses afirmaron que parte de la isla de La Palma se
está derrumbando y, cuando caiga sobre
el océano, provocará un tsunami gigantesco que barrerá las costas de varios
continentes.
Catastróficos
tsunamis podrían derivarse del derrumbe de un volcán de La Palma
La Palma,
perteneciente a la provincia de Tenerife, es la isla más occidental de
Canarias, tras El Hierro.
Con poco más
de 700 km2 de superficie, presenta un
relieve muy abrupto, con una gran caldera volcánica central que ocupa gran
parte de la isla (la Caldera de Taburiente) y que alcanza los 2426 m. de
altitud en su punto más elevado (El Roque de los Muchachos).
Es una isla
muy joven ya que surgió a partir de un gran volcán submarino hace 2 millones de
años, y presenta actividad volcánica intermitente en su mitad sur, que está
recorrida por una hilera de volcanes que forma una cordillera desde la caldera
de Taburiente hasta el pico sur de la isla (en el extremo sur ocurrió la última
erupción, del volcán Teneguía, en 1973).
Ya en 1990,
geólogos americanos comprobaron que en la última erupción del volcán Cumbre
Vieja, en 1949, toda la parte suroeste de la isla se hundió 4 metros en el
océano. Entonces se formó una gran falla que recorre toda la parte sur de La
Palma y que separa esta mitad de la isla del resto. Se supone que este gran
bloque se está hundiendo muy lentamente, pero algunas hipótesis afirman que una
eventual erupción del Cumbre Vieja, en caso de que fuese lo suficientemente
potente, podría terminar de fractura la isla y hacer que se derrumbase todo el
gran bloque sudoccidental.
En el año
2000, otros geólogos norteamericanos realizaron un estudio sobre la gran falla,
a partir del cual se rodó un documental para la BBC, en el cual se apoyaba la
teoría del derrumbe parcial de la isla aportando pruebas geológicas del
deslizamiento de las laderas del Cumbre Vieja hacia el Atlántico.
Además,
existen datos que indican que la base de este volcán se encuentra saturada de
agua procedente del océano y las precipitaciones, ya que está formada por rocas
muy porosas, que permiten el filtrado del agua. De este modo, se habrían
formado grandes bolsas de agua en la base y los laterales del volcán que, en
una eventual erupción, incrementaría enormemente el poder explosivo del magma,
originando una fuerza expansiva suficiente para fracturar definitivamente la
isla y derrumbar el bloque occidental hacia el océano. El desmoronamiento de
estos miles de millones de toneladas de roca se vería también favorecido por el
agua, que llena las fracturas y actuaría como una superficie deslizante.
Así, según
sus cálculos y simulaciones informáticas, se generaría una serie de olas
gigantescas, que podrían alcanzar hasta 1 km de altitud y que viajarían a 800
km/h por todo el océano Atlántico, alcanzando en pocas horas las costas de
Europa, África, Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica. Las aguas
penetrarían en los continentes entre 25 y 50 km según las zonas, arrasándolo
todo a su paso.
La
catástrofe afectaría a unos 100 millones de personas, con pérdidas humanas y
materiales incalculables.
La difusión
del citado documental hizo que incluso algunas grandes compañías aseguradoras
encargaran nuevos estudios para evaluar las probabilidades de que esto ocurra
en un futuro cercano. Los resultados indicaron que el tiempo de retorno de las
erupciones históricas del Cumbre Vieja están en torno a los 120 años, por lo
que es razonable esperar una a lo largo de este siglo.
Sin embargo,
hay científicos que plantean grandes dudas sobre esta hipótesis, afirmando que,
si bien no puede descartarse la ocurrencia de este fenómeno, también hay
evidencias de que podrían ocurrir otros acontecimientos como consecuencia de la
erupción, como una múltiple fractura que no originara desprendimientos e
incluso que no sucediese más que una erupción sin otras consecuencias.
En todo
caso, en los últimos años se ha originado una intensa polémica científica
respecto a la posibilidad de derrumbe de La Palma, con opiniones encontradas en
todos los sentidos, desde los que pronostican que la catástrofe es inminente
hasta los que piensan que no es probable que ocurra en varios miles de años,
aun cuando el Cumbre Vieja u otro volcán
entre en erupción. Mientras tanto, se esperan nuevos datos que arrojen
luz sobre el tema.
Expansión de las ondas sobre la superficie terrestre.
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